La polémica como siempre está en el orígen de las recetas, en este caso no esta claro si fueron los romanos con una masa frita que elaboraban dandole puñetazos y de ahí derivo a "puñuelos".
Los judíos sefardíes elaboran desde el S.X un bollo frito llamado bimuelos. En España aparece en el S.XVI a mano de los árabes aposentados en Granada, una masa frita en aceite y posteriormente bañada en miel hirviendo.
Es un postre tradicional del mes de noviembre, muy típico en la festividad de todos los santos.
Al fin y al cabo es una masa frita, donde el aceite juega un papel importantísimo, ya que debe tener la temperatura correcta, no pudiendo hundirse los buñuelos por falta de temperatura, pero tampoco arrebatarse, ya que quedarían crudos por dentro.
La masa llegará a doblar su volumen ya que el interior se termina expandiendo hacia fuera por efecto del calor, recibiendo así su nombre de buñuelos de viento.
Ingredientes
Buñuelos
170gr Harina de repostería
3gr de levadura química
250ml de agua
50gr de mantequilla
5gr azúcar (1cucharadita)
4 huevos
una pizca de sal
Aceite de girasol
Crema de chocolate
300ml de leche
200ml de nata
40gr harina de maíz
50gr chocolate 70%
120gr de azúcar
3 huevos
Elaboración
Empezaremos haciendo la crema del relleno, para ello ponemos en un cazo la leche, la nata, la harina de maíz, el azúcar y los huevos. Calentar todo sin parar de remover con unas varillas hasta que el conjunto espese.
Dejar enfriar filmado a piel (con el papel film en contacto con la crema) antes de rellenar los buñuelos.
Para los buñuelos calentamos en un cazo el agua, la mantequilla, el azúcar y la sal. Llevar a ebullición.
Tamizar la harina y la levadura y cuando el agua rompa a hervir, añadir la harina de golpe y remover sin parar en el fuego, hasta que se amalgame el conjunto y se despegue de las paredes. Retirar del fuego.
Reposar la masa 5 minutos para que pierda temperatura y añadir un huevo y batir el conjunto, mejor con una cuchara de palo que con una varillas. Mezclar hasta homogeneizar la mezcla.
Una vez integrado el primer huevo, incorporar el segundo y repetir el proceso. Añadir los huevos uno a uno hasta que la masa quede cremosa, si fuera necesario añadimos un quinto huevo hasta que encontremos la textura deseada sedosa y sin grumos.
Freír pequeñas porciones de la masa en abundante aceite, no excesivamente caliente (unos 150ºC). lo mejor es coger dos cucharillas de café y sumergirlas en un vaso de aceite de girasol e ir cogiendo pequeñas cantidades de masa.
Conviene freír pequeñas cantidades para que se puedan girar, normalmente lo hacen solos, sino les ayudamos un poco.
Escurrimos en papel absorbente y aún calientes los rebozamos con azúcar, sino después no cogerá el azúcar.
Dejamos enfriar y perforamos los buñuelos con la punta de una boquilla o haciendoles un cortecito con unas tijeras.
Llenamos una manga pastelera con la crema, ya fría y vamos rellenando los buñulos que habrán quedado huecos en el interior, con esta deliciosa crema.
Comentarios
Publicar un comentario